27 El rey de Asiria dio esta orden: «Haced partir allá a uno de
los
sacerdotes que deporté de allí; que vaya y habite allí y les enseñe el culto
del dios de la tierra.»
28 Vino entonces uno de los sacerdotes deportados de Samaría, se
estableció en Betel y les enseñó cómo debían reverenciar a Yahveh.